viernes, 20 de julio de 2012

CAPRI, EL SUEÑO DE TIBERIO


CAPRI
Poblada desde antiguo, la isla fue una colonia griega del siglo IV a.C., como demuestran los vasos encontrados en las antiguas tumbas estudiadas hasta ahora.
(Imagenes e informacion de la Web).
La parte más alta, fue fortificada por los fenicios que fundaron allí un establecimiento llamado Anacapri.
En el 326 a.C., cuando Nápoles se convirtió en aliada de Roma, fue romanizada; en el año 29 a.C. Augusto la visitó y quedó enamorado de ella, consiguiéndola de los napolitanos a cambio de la isla de Ischia. Tiberio sucedió a Augusto, y estableció en Capri en el 26 ó 27 , pasando allí los últimos diez años de su vida.
Los dos emperadores favorecieron la urbanización de la isla: según los historiadores en el periodo augusto-tiberiano se construyeron 12 villas, seguramente dedicadas a las 12 divinidades mayores. Como testimonio de esto quedan Villa Jovis y las ruinas de una villa en la llanura de Damecuta y de otra en las cercanías de los Bagni di Tiberio.
En el 530 la isla pasó a la jurisdicción eclesiástica de la Abadía de Montecassino, a la que Tertulio la había donado; en el 866, fue cedida, junto con los islotes Li Galli, por el emperador Ludovico II a Marino duque de Amalfi, en agradecimiento a sus servicios.
Escalera Fenicia
Para unir la ciudadela de Anacapri a la costa, los primeros colonizadores griegos trazaron un sendero escalonado: la Scala fenicia.
Al final de ésta se encuentra la puerta de la ciudadela, llamada “Porta della Differenza”, cerca de Villa S. Michele.
Restaurada por primera vez en la época romana, ha sido la única vía de comunicación entre el mar y la parte alta de Anacapri hasta 1877, año en que se construyó la actual carretera.

Villa Jovis
De las doce villas que Augusto y Tiberio construyeron en los lugares de la isla con mejores panorámicas, la más bella es Villa Jovis. Situada en el monte Tiberio, ocupa gran parte de la cima en área de 7000 m.
Justo encima del mar está la loggia imperial, de 93 metros de largo, donde se pueden admirar los restos de un “Specularium” utilizado para la observación astronómica o como atalaya.
De las cinco estancias del piso superior “el Baño” permite el acceso, por medio de una escalera a la parte más alta de la villa, donde están los aposentos imperiales, formados por un vestíbulo con diferentes ambientes de estupenda pavimentación polícroma y por una terraza.
Aún conserva parte del primitivo pavimento de ladrillo, un vestíbulo con cuatro columnas, un segundo vestíbulo y un corredor que da paso a tres estancias, de las que la central era el “Caldarium”.
Villa imperial romana
Excavaciones realizadas entre 1937 y 1948, han sacado a la luz los restos de una grandiosa villa imperial romana.
Cerca de Villa Jovis están los pocos restos del “Faro Romano”: un bloque cuadrado de ladrillo (de 16 m de altura) con una base cilíndrica en el centro, donde ardía un fuego resinoso.


DOCTORA ANA MARIA VAZQUEZ HOYS

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