domingo, 1 de julio de 2012

La religión romana.Culto doméstico.






















En la antigua Roma se rendía culto a los dioses de la casa: Lares, Manes y Penates, en la forma del fuego del hogar, mientras no se extinguiera la familia.
El Lararium (pl. lararia) era un pequeño altar sagrado de la antigua vivienda romana (domus), donde se realizaban las ofrendas y oraciones a los dioses o espíritus guardianes del hogar (lares). En las viviendas de los patricios, el lararium se situaba por lo general en el Atrio (patio principal de las viviendas romanas). En las casas más humildes, que no disponían de Atrio, el lararium se situaba más a menudo en la cocina, cerca del fuego central. En las viviendas, también podía haber más de un lararium, tanto en las habitaciones interiores, como en el exterior de la misma.

Su sacerdote era el  Paterfamilias y se celebraba en el Lararium, (pl. lararia) , un pequeño altar sagrado de la antigua vivienda romana (domus), donde se realizaban las ofrendas y oraciones a los dioses o espíritus guardianes del hogar (lares).
En los primeros tiempos romanos cada casa tenía al menos una estatuilla, más adelante surge cierta confusión entre éstas y las de los manes, almas de los antepasados muertos.

MANES: Manes, en la mitología romana, era un dios doméstico, junto a lares y penates. Eran espíritus de antepasados, que oficiaban de protectores del hogar. El pater familias o padre cabeza de familia, era su sacerdote y oficiaba sus ceremonias religiosas y ofrendas en las viviendas.

PENATES eran, en la mitología romana, originalmente dioses protectores (en realidad genios) del almacén de la casa. Posteriormente se convierten en dioses de los hogares brindando protección a toda la casa (penates familiares o menores), existiendo también los protectores del estado (Penates públicos o mayores). Ellos estaban emparentados con los Lares, Genios y Larvae. Los Penates son mencionados en Propercio (iv.i)
El nombre se deriva de Penus, la despensa o almacén de la casa. Se encargaron, inicialmente, de proteger las despensas, para luego extenderse a toda la casa. Se les ofrendaba una parte de la comida diaria, que debía ser colocada en el corazón de la figura que los representaba.

Los objetos que componían el larario eran: 

Acerra: contenedor para el incienso. 
Salinum: contenedor para la sal. 
Gutus: contenedores para la leche o el vino. 
Patera: plato para las ofrendas. 
Incienso: ofrenda a los dioses. 
Turibulum: quemador de incienso. 
Lucerna: lámpara sagrada

Larario de Pompeya.

Inscripción funeraria romana comenzada por D(iis) M(anibus) :Dedicado a los Dioses Manes”.
Había dioses específicos para la vida cotidiana:
  • Nundina, dioses o genios protectores del nacimiento y desarrollo del hombre
  • Educa  y Pontina, dioses del comer.
  • Cunina o Cunaria, diosa que guardaba los niños en la cuna y a la cual ofrecían libaciones de leche las matronas romanas.
  • Ossipago, dios que robustece los huesos.
  • Abeona , diosa que enseñaban a andar.
  • Fabulinus, Farinus y Locutius, dioses que enseñaban a hablar.
  • Terduca, diosa que llevaba al niño a la escuela y lo protegía en el camino.
  • Domiduca, diosa que lo devolvía al hogar desde la escuela y lo protegía en el camino.
El campesino invocaba al dios del barbecho, de la labor, de los surcos, sementeras, al de segar, trillar. Entre los dioses agrícolas estánRucinaMessiaTutulinaTerensisApulino, Tellumo vervactor, Tellumo occator, Tellumo Messor, etc.
Los ganaderos tenían sus divinidades propias:
Bubona protegía a los rebaños de bueyes.
  • Bubona, que velaba por los rebaños de bueyes
Diosa Epona, protectora de los caballos.
  • Epona , que velaba por las yeguadas
Diosa Pales, protectora de los rebaños.
  • Pales, que velaba por los rebaños de carneros
El dios Silvano
  • Flora y Silvanus, dioses tutelares de los pastores


  • Pomona, diosas tutelares de jardineros y hortelanos.
También se rendía culto a las almas de los muertos o Manes. Los romanos creían que las almas de los muertos bajaban como sombras donde estaba el cuerpo del difunto, y después volvían al fondo de los abismos, sin comunicación con el mundo de los vivos. La religión romana dictaba para los difuntos la necesidad de incineración. Se les  representaba en forma de serpiente.
Larario de la casa de los Vetii, Pompeya.

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