viernes, 3 de junio de 2011

CULTO A BONA DEA

La Buena Diosa era un culto romano ligado al culto de Fauno. Un relato conservado afirma que era hija de este dios. Su padre intentó abusar de ella y aún embriagada por éste consiguió escapar de él. Fauo la flageló con varas de mirto (por lo que en su templo el mirto estaba prohibido) y adoptando la forma de serpiente, la violó.
Otra es la historia que cuenta la tradición, pues se considera a Bona Dea esposa de Fauno, siendo ésta un ama de casa admirable y fiel esposa. Un día probó una jarra de vino (nunca lo había hecho) y se embriagó. Su marido se enfureció y la mató a golpes con una vara de mirlo. Luego se arrepintió y le rindió culto, honores y memoria divinos.
Poseía un santuario a los pies del Aventino, rodeado de un frondoso bosque sagrado y consagrado a ella.
Todos los años se celebraban los misterios de esta diosa quien vetaba el culto y la entrada  a los hombres.
Hércules ofendido erigió un templo cerca del de ella y unas ceremonias, Ara Máxima,y
prohibió a su vez la entrada a alas mujeres.
 Su ceremonia oficial, a principios de diciembre, se realizaba de noche en casa del primer magistrado, con presencia de las Vestales, decorándose la habitación con flores y plantas, pero excluido el mirto. Este antiguo culto, al parecer, del poder de la fertilidad, se celebró más tarde en un templo construido en el Aventino. Dicen que en su templo campaban libremente las serpientes, que simbolizaban a los hombres y ella decía : “para que quiero hombres si ya tengo serpientes”.


Era  patrona de las Iniciadas y ocultistas.  La apellidaban tambien Fauna, del nombre de su padre Fauno.  Era adorada como una divinidad profética y casta, y su culto estaba reservado únicamente a las mujeres, mientras que a los hombres ni tan siquiera les estaba permitido pronunciar el nombre de ella.  Reveló sus oráculos solo a mujeres, y las ceremonias de su santuario (una gruta del Aventino) eran dirigidas por las vestales el día primero de mayo de todos los años.  Su aversión a los hombres era tal que no se permitía a ningún varón acercarse a la casa de los cónsules, en donde algunas veces se celebraba su festividad, y hasta los retratos y bustos de hombres era llevados fuera de la casa durante la ceremonia.  Clodio, que en cierta ocasión profanó tan sagrada fiesta introduciéndose en la casa de César, donde ella se celebraba, disfrazado de mujer, se atrajo desgracia sobre sí mismo.  Flores y follaje decoraban su templo, las mujeres hacían libaciones bebiendo de un vaso (mellarium) lleno de leche.  No es cierto que el mellarium contuviese vino, como afirman algunos escritores, que, por ser hombres, trataron de vergarse así.

 La víctima sacrificada era un cerdo y su fin era propiciar la fertilidad femenina, por lo que estaba prohibida la entrada a los hombres.

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