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lunes, 11 de febrero de 2013
PARA SER UNA BELLA ROMANA, HABRÁS DE BLANQUEAR TU PIEL
El ideal de mujer romana, era una mujer muy blanca de piel. Prueba de ello son los innumerables frescos en los que las figuras femeninas resaltan por su blancura. Evidentemente, sólo aquellas que no debían trabajar podían permitirse mantener su piel protegida de los rayos de sol.
Las aristócratas con el fin de mantener un color marmóreo, iban cubiertas del sol con su palla o pallium y además usaban "umbella" o parasoles de seda (que se regalaban especialmente en verde para las fiestas de las matronalias).
Plinio el Viejo escribe que la mujer ha de conservarse blanca, sonrosar sus mejillas y pintar sus labios de rojo.
Además existían infinidad de recetas. He aquí unas cuantas que utilizaban para aclarar la piel:
- cerusa
-excrementos de cocodrillo (también usados para endurecer los senos tras la lactancia)
- gotas de limón, mirra, polvo de alabastro y aceite de almendras
-para las pecas, limón y sal
-bulbos de narciso empapados de zumo de limón
-leche de burra (estos baños, le encantaban a Poppea, segunda mujer de Nerón)
-bicarbonato, aceite de oliva y alabastro en polvo
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